jueves, 24 de septiembre de 2009

productos utilizados en la casa

Química en Casa: Productos Necesarios y Peligrosos.

En la mayoría de los hogares podemos encontrar, aparte de una ingente cantidad de medicamentos, una serie de compuestos químicos de fórmula y mecanismos de funcionamiento sencillos cuyo conocimiento nos puede prevenir de la posibilidad de sufrir serios accidentes y permitir aprovechar sus múltiples aplicaciones. A algunos de estos compuestos nos vamos a referir a continuación.
Jabones o Detergentes Tensioactivos.
Los jabones son, en general, sales orgánicas que contienen una parte polar capaz de interaccionar y disolverse en el agua, por lo que se dice que es una parte hidrófila, y la otra apolar, que es hidrófoba o lipofílica (es decir, con tendencia a interaccionar con las grasas y otros compuestos orgánicos apolares). Este doble carácter hidrófilo e hidrófobo de las moléculas de jabón es esencial. Por un lado, la parte hidrófoba o lipofílica interacciona con las moléculas de grasa. Por otro lado, por encima de una determinada concentración, las moléculas de detergente se asocian entre sí formando una especie de jaula, conocida como micela, en la cual la parte hidrófoba de cada molécula queda dentro y la parte hidrófila queda fuera, de cara al agua. Las moléculas de grasa quedan atrapadas dentro de la micela y se eliminan, quedando las superficies limpias.
Por otra parte, la formación de micelas disminuye la tensión superficial del agua (fuerza que aparece en la superficie que separa dos medios diferentes, como el agua y aire) y da lugar a la formación de la espuma. Esta es la razón por lo que se conoce a los detergentes como agentes tensioactivos. Los detergentes tienen también una marcada actividad antibacteriana y son tóxicos para los seres vivos.
La eficacia de un detergente puede disminuir cuando éste se usa en aguas duras (aguas que contienen cierta cantidad de metales alcalinoterreos, como Calcio, Magnesio), ya que estas impiden la formación de espuma, por lo que es necesario emplear una mayor cantidad de jabón u otros aditivos.
El Amoníaco.
El NH3 es también un agente de limpieza muy eficaz en base a sus propiedades. En primer lugar, es una molécula bastante polar, aunque menos que el agua. De ahí que se pueda emplear para disolver sales metálicas, siendo a veces más eficaz que el agua. Además, el amoníaco es bastante básico y puede disolver ácidos grasos (muchas grasas contienen grupos ácidos). Por otra parte, al ser menos polar que el agua, es capaz de interaccionar y disolver mejor, en general, los compuestos orgánicos. Una propiedad muy útil del amoníaco es su capacidad de disminuir la dureza del agua, potenciando la actividad de los detergentes. Ahora bien, de cara a los seres humanos, el amoníaco es un compuesto altamente tóxico e irritante. Su elevada volatilidad hace que se evapore y se respire fácilmente, por lo cual es aún más peligroso. Se deben tomar serias precauciones en su uso y limitar la concentración a la mínima imprescindible.
La Lejía.
La lejía contiene como principio activo hipoclorito sódico, NaClO, una sal cuyo anión, el hipoclorito ClO-, es fuertemente oxidante. Ataca a los compuestos como las grasas y aceites y destruye los centros de color, por lo que se suele emplear como agente blanqueante, pero no se debe nunca emplear con prendas coloreadas. Dado su poder oxidante, tiene una marcada actividad bactericida como agente desinfectante y es muy tóxica para los seres vivos. Su uso para el lavado de vajillas o cuberterías es, por razones obvias, desaconsejable.
Alcohol Etílico.
El alcohol etílico CH3CH2OH, que se utiliza como desinfectante para heridas y es el ingrediente fundamental de muchas colonias y perfumes, es un compuesto muy reactivo. Es un buen disolvente de ciertos tipos de compuestos orgánicos, como témperas y pinturas manuales. Tiene una gran capacidad de secar agua, con la que es miscible en todas las proporciones. Ahora bien, este compuesto seca y deshidrata la piel, es muy tóxico por ingestión y extremadamente inflamable. Jamás debe acercarse a un foco de calor.
Por último, la acetona, CH3COCH3, es un disolvente orgánico muy poderoso que contienen algunos compuestos domésticos, como el quitaesmalte. Es capaz de limpiar pinturas y muchos óxidos orgánicos, así como grasas. Además, tiene una gran capacidad de secar las superficies. No debe emplearse en general para limpiar compuestos de plástico, ya que ataca fuertemente a muchos tipos de ellos. Es también tóxica por ingestión o inhalación e inflamable.

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